Thursday, March 30, 2017

Fiesta del Libro en Mayabeque




La 26 Feria Internacional del Libro llegó a la capital de Mayabeque, San ´José de las Lajas, para alegría de los miles de lectores que asisten anualmente a la cita.   Fotos Carlos Cánovas



 Más de 60 000 ejemplares de las diversas editoriales y temáticas están desde el miércoles a disposición del público.







En esta ocasión el evento reconoce al intelectual Armando Hart Dávalos y a la poetisa jaruqueña Encarnación de Armas.



Otras actividades musicales, danzarías, teatrales así como la venta de piezas artesanales, y ofertas gastronómicas, forman parte del variado programa concebido para la actual edición de la feria.






















Friday, March 10, 2017

El Mambí Silvestre de Mayabeque

Por Reinaldo Fuentes Rodríguez  
      Fotos : Carlos Cánovas,Brito y Archivo



El combate llega a su máximo clímax. La sorpresa no acompaña esta vez a las tropas mambisas. El Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente General Antonio Maceo luchan juntos por primera vez en La Habana. Apelan a toda su pericia para romper el cerco. Sus hombres resisten, pero no pueden evitar que muchos caigan en la encarnizada batalla.





Entre ellos está Silvestre Martínez González. Va en su caballo de un lado a otro blandiendo el machete. Salta una cerca de piedras, pero la caída no es la mejor. El corcel pierde el equilibrio y un español lo retiene por las riendas, mientras otro lo hiere en el hombro derecho y el lado izquierdo de la espalda. A duras penas escapa y se oculta en un montón de yerba de guinea.
Desangrándose y sin atención médica inmediata, las probabilidades de sobrevivir eran remotas. Sin saberse a ciencia cierta en qué momento, un campesino de la zona lo trasladó a su casa y buscó ayuda. El enviado del Ejército Libertador que atendió al joven mambí recetó dos pastillas e indicó tener a mano un pico y un azadón para enterrarlo.
Así relató Pelagio Martínez Alfonso lo sucedido a su padre aquel 19 de febrero de 1896 en el lugar conocido como Moralitos, a pocos kilómetros de San José de las Lajas, en la entonces provincia de La Habana.“Según nos contó papá, cuando el enviado llegó a la casa del campesino al siguiente día se sorprendió al ver que de entierro nada. El paciente estaba bien vivo. Indicó darle otras tres de aquellas pastillas y se fue. Sin embargo, cogió infección e incluso gusanos y le aplicaron mascada de tabaco que, al parecer, los espantaron y la infección cedió. ¡Mire usted qué cosa! Así que siguió luchando por la independencia de Cuba hasta el final de la guerra”, concluye Pelagio.
Pelagio con el fusil de Silvestre






HIJO DE HACENDADO Y ESCLAVA
Silvestre también tenía una cicatriz en el dedo índice de la mano izquierda. Nació el 31 de diciembre de 1872 de la relación entre el hacendado de una finca en Casiguas, Jaruco, con su madre esclava. Ello le concedió algunos privilegios, entre ellos, la de trabajar como calesero y disponer de no pocos animales obsequiados por el dueño de la hacienda.
De estatura mediana, ojos negros y cuerpo delgado, tuvo dos hijos con su primer matrimonio y otros nueve en el segundo, de los cuales quedan cuatro: tres varones y una hembra, llamada Juana María Martínez Alfonso de 92 años, todos residentes en Catalina de Güines.







El último de ellos fue precisamente Pelagio, quien nació cuando Silvestre tenía nada más y nada menos que 78 años. De ahí que el último de la extensa prole tenga ahora 66. Su hermano Israel, también recuerda algunas vivencias contadas por el padre. “Inspiraba respeto solo con mirarlo a uno a los ojos. No le hizo falta dar golpes a sus hijos, ni hablar mucho. Con la vista lo decía todo. Nos crió en la miseria pero con educación y respeto.
“Papá era un mulato libre. En una conversación con su padre, este le dice que todos sus animales valían mil pesos, le propone entonces comprar la libertad de su madre con ese dinero y acepta. Días después preguntó al hijo por qué no atendía a los animales. ′Porque no son míos, yo se los vendí′, le respondió papá. A lo cual el hacendado le dijo que seguían siendo suyos. 
“Ya con la madre libre y ante el peligro de ser detenido por sus ideas independentistas, partió a la guerra con solo 19 años. Perteneció a la Quinta Brigada del Cuarto Batallón del Departamento Occidental del Ejército Libertador, al mando del General José María Aguirre.
“Nos contó que cuando en la manigua mataban algún animal lo cortaban y aquellos pequeños pedacitos lo colocaban en la punta del machete para cocinarlos en una hoguera. Decía que un plato especial era el palmito, esa parte tierna y naciente de la penca de palma. Aprendió –agrega Israel- que cuando no había sal, para sustituirla lavaban un trozo de yagua y lo echaban a las viandas en el caldero”.
Israel con el machete de Silvestre



UNA FAMILIA MAMBISA
Concluida la guerra, Silvestre Martínez González se asienta como campesino en la zona de Aguirre, cerca de Catalina, a donde se muda en 1953, allí, a la edad de 106 años, dejó de existir físicamente. Las honras fúnebres tuvieron ceremonias militares y la mayor concurrencia en la historia de aquella comarca, en cuyo cementerio reposan los restos mortales de más de 30 de sus compañeros de armas.


Por eso los hijos del veterano mambí consideran que allí debe erigirse un monumento en honor de todos ellos. “Aunque no están entre nosotros –precisa Pelagio- siguen vivos en esta familia mambisa que conserva el machete de papá, dispuesta a defender la Patria por la cual lucharon”.
 
Pelagio Combatiente Internacionalista en Angola




Israel Colaborador del Movimiento 26 de Julio


Pelagio y Esposa,  en el fondo fotos de los Nietos ,Bistietos ,y Tataranietos de Mambí